Viaje en Tren
Cuando retornábamos de Eurobike 2007, estábamos decididos a no volver a realizar el viaje en avión, y aprovechar que Renfe tiene un tren que directo desde Barcelona a Zürich, y evidentemente de vuelta.
Tradicionalmente vamos a Eurobike en avión hasta Zürich, llevamos bicicletas plegables y combinamos también con tren y barco (para cruzar el lago), pero volviendo el año pasado y comentando lo absurdo de la situación en los aeropuertos, al ver como hacían descalzar a una mujer para pasar por el arco de seguridad, y a otra mujer la hacían pasar a una habitación para cachearla al declarar que tenía un marcapasos, iniciamos una conversación donde se debatía lo absurdo y denigrante de estas situaciones, sobre todo si nos imaginamos esa situación trasladada a otros espacios y otros momentos de nuestra vida.
Si entrar en un debate que puede ser polémico, acabamos dándonos cuenta, que para ser totalmente coherente con la movilidad sostenible, teníamos que cambiar el avión por un tren, y así lo hemos hecho.
Como pasa casi siempre, ser coherente tiene su peaje, no diré que no tenga su premio, sobre todo el moral, pero inmediatamente es más difícil y costoso. Es más barato viajar en avión, y la frecuencia de trenes es poca, el tren no es todo lo cómodo y rápido que sería de desear, pero algo de culpa tendremos los “viajeros” al ser menos los que lo utilizamos.
Las ventajas, la más notable es que tienes más tiempo, el ritmo es diferente y dedicas más tiempo al viaje, después y más importante, que ayudamos a que el mundo se consuma más lentamente.
Salimos de Espai Bici cargados con equipaje y en dirección a la Estación de Francia en Barcelona, para coger un Tren Hotel nocturno de Barcelona a Zürich, catorce horas de viaje, que entre colocarse, cenar, dormir y desayunar e irse, se va todo el tiempo.
Con vistas al lago Zürichsee
Esto nos permite llegar a Zürich a las 10 de la mañana con todo el día por delante, pasear por la ciudad y por su lago, observar el tipo de bicicletas que se utilzan, observar y buscar si alguna de ellas es una fixie (solo vimos una, aunque muchas single speed con estética fixie), comprobar como la ciudad y sus accesos están pensados para las bicicletas, ver la cantidad de bicis aparcadas en todas partes y circulando, y la cantidad de aparcamientos para bicicleta que disponen en esa ciudad, y eso que todo son cuesta menos en el lago y el rio, y sobre todo consumiendo el tiempo con la seguridad de que cada ½ hora sale un tren hacia Romanshorn, lo que nos permite comer tranquilamente (hora Suiza) en una feria de producto natural, en la misma y preciosa estación y realizar un viaje de tren más rápido y estable que el español (100 km en una hora en contra de 1000 km en 14 horas).
En Romanshorn cogemos un barco para cruzar el lago de Bodensee y aparecer en Friedrichshafen en Alemania.
Hemos salido unas doce horas antes, pero sin prisas ni madrugones, sin esperas de horas, sin que nos traten como ganado y sin pagar precios abusivos por un bocadillo, nos hemos plantado en el apartamento en una hora decente, a media tarde, sin presentarnos a las once de la noche en un país que eso es como hacerlo a las dos de la madrugada en España.
Bodensee, un "pequeño" lago que moja tierras de Alemania, Suiza y Austria, que está regado por el Rin
Solo nos queda, deshacer el equipaje, ligero pues lo llevamos en bici, una ducha y a cenar con calma, que el día siguiente hay que trabajar, nos espera una feria de 85.000 m2.
4 comentarios:
Zurith?
cool :))
Gracias y perdón, anónimo. Rectificado, ¿creo?.
maria vuitton, ¿realmente lo piensas?, espera a ver las fotos de la vuelta...
Gracias por compartir la Eurobike con nosotros que no pudimos ir. Respecto a la forma de viajar, muy buena esa opcion, aunque lamentablemente no es lo suficientemente sencillo viajar con la bicicleta en el tren. A ver si poco a poco van mejorando las cosas, con lo facil que es.
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