¿QUÉ CIUDAD QUEREMOS? (#3)
NIÑOS EN PELIGRO
Para los europeos, la salud ocupa el segundo lugar entre las preocupaciones generales más importantes, después de la violencia (el 66 % y el 79 % de las respuestas, respectivamente). El medio ambiente viene en quinto lugar (el 45 %) en una lista de once motivos de preocupación.
En todos los casos, una mala calidad del aire se considera una amenaza tangible para la salud, pero el ruido se cita también, cada vez con más frecuencia, entre los problemas para la salud y el bienestar.
Si tenemos en cuenta que los niños son, en general, más sensibles que los adultos a la contaminación y que, por ello, tienen aún más necesidad de un aire respirable puesto que su organismo está en pleno crecimiento, es lógico pensar que las preocupaciones generales de los europeos en materia de salud.
Hoy en día resulta difícil negar que un aire contaminado perjudica a la salud y que los ciudadanos están en el fondo a favor, aunque en algunas ocasiones a regañadientes, de que se tomen medidas de protección general de la salud, aun cuando ello les obligue a cambiar algunos hábitos en relación con la movilidad. Hay que coger al toro por los cuernos, y no sólo por sentido común, sino también por razones económicas. De un estudio realizado por el Departamento de Transporte y Energía del Ministerio suizo de Medio Ambiente se desprende que la contaminación provocada por el tráfico de vehículos genera, por sí sola, unos costes de salud de, aproximadamente, 83 euros por habitante y año. Otros estudios realizados en los Estados Unidos y en Europa (véase «Costes externos de los transportes») confirman esas cifras, que, por otra parte, son bastante prudentes: por ejemplo, no incluyen el coste de los casos de cáncer a pesar de que algunos de los contaminantes emitidos por los automóviles son muy cancerígenos, como recuerda un estudio realizado en 1989 en los Estados Unidos en el que se pone de manifiesto la existencia de una correlación entre densidad del tráfico de vehículos y frecuencia de cánceres en niños; el riesgo de leucemia se multiplica por tres si el niño vive en una zona con un tránsito diario de más de 10 000 vehículos, en comparación con otro lugar donde ese volumen de tráfico no supera los 100 automóviles.
En todos los casos, una mala calidad del aire se considera una amenaza tangible para la salud, pero el ruido se cita también, cada vez con más frecuencia, entre los problemas para la salud y el bienestar.
Si tenemos en cuenta que los niños son, en general, más sensibles que los adultos a la contaminación y que, por ello, tienen aún más necesidad de un aire respirable puesto que su organismo está en pleno crecimiento, es lógico pensar que las preocupaciones generales de los europeos en materia de salud.
Hoy en día resulta difícil negar que un aire contaminado perjudica a la salud y que los ciudadanos están en el fondo a favor, aunque en algunas ocasiones a regañadientes, de que se tomen medidas de protección general de la salud, aun cuando ello les obligue a cambiar algunos hábitos en relación con la movilidad. Hay que coger al toro por los cuernos, y no sólo por sentido común, sino también por razones económicas. De un estudio realizado por el Departamento de Transporte y Energía del Ministerio suizo de Medio Ambiente se desprende que la contaminación provocada por el tráfico de vehículos genera, por sí sola, unos costes de salud de, aproximadamente, 83 euros por habitante y año. Otros estudios realizados en los Estados Unidos y en Europa (véase «Costes externos de los transportes») confirman esas cifras, que, por otra parte, son bastante prudentes: por ejemplo, no incluyen el coste de los casos de cáncer a pesar de que algunos de los contaminantes emitidos por los automóviles son muy cancerígenos, como recuerda un estudio realizado en 1989 en los Estados Unidos en el que se pone de manifiesto la existencia de una correlación entre densidad del tráfico de vehículos y frecuencia de cánceres en niños; el riesgo de leucemia se multiplica por tres si el niño vive en una zona con un tránsito diario de más de 10 000 vehículos, en comparación con otro lugar donde ese volumen de tráfico no supera los 100 automóviles.
¿Le preocupa la contaminación del aire?
En relación con esta pregunta y las cuatro respuestas posibles, la puntuación neutra equivale a 2,5 y corresponde a «sí, pero moderadamente».
Puede considerarse que, en todos los Estados miembros, la población es, por lo menos, muy sensible y espera de los poderes públicos soluciones y medidas concretas.
¿Los poderes públicos actúan con eficacia para proteger el medio ambiente?
La percepción es que ninguna esfera de poder está empeñada de una manera eficaz en la protección del medio ambiente. La inquietud creciente de los europeos se refleja en una insatisfacción frente a la actuación de los poderes públicos más acusada entre 1995 y 1999.
La ciudad, los niños y la movilidad
Comisión Europea, DG Medio Ambiente
2002
(Reproducción autorizada, con indicación de la fuente bibliográfica)
Puede considerarse que, en todos los Estados miembros, la población es, por lo menos, muy sensible y espera de los poderes públicos soluciones y medidas concretas.
¿Los poderes públicos actúan con eficacia para proteger el medio ambiente?
La percepción es que ninguna esfera de poder está empeñada de una manera eficaz en la protección del medio ambiente. La inquietud creciente de los europeos se refleja en una insatisfacción frente a la actuación de los poderes públicos más acusada entre 1995 y 1999.
La ciudad, los niños y la movilidad
Comisión Europea, DG Medio Ambiente
2002
(Reproducción autorizada, con indicación de la fuente bibliográfica)
No hay comentarios:
Publicar un comentario