sábado, 17 de noviembre de 2007

AVISOS A LOS CICLISTAS

En ebproject, ya hemos plasmado nuestra opinión sobre la reciente modificación de la ordenanza que afecta a los ciclistas, también hemos publicado, otra opinión muy cualificada.

A pesar de que algunas veces no nos hemos sabido hacer entender, o no han querido comprendernos, nuestra opinión siempre tiene un eje central, el respeto y la convivencia en un entorno común, esto para nosotros es algo primordial. También creemos conveniente, que a pesar de no estar de acuerdo con las normas, ordenanzas o las leyes, estas tienen que ser respetadas.

La mejor manera para demostrar que algo es incorrecto o no puede funcionar, es cumplir con cada uno de las obligaciones.

Uno de los grandes fallos del Ajuntament de Barcelona es el pensar que los ciclistas incumplen las normas, por una simple actitud de irresponsabilidad, o por una libertad mal entendida, y que todos los ciclistas cumplimos con ese estereotipo.

Nadie se ha parado a pensar que el ciclista se salta un semáforo, para huir de la situación de que al ponerse este verde (el semáforo, no el ciclista), los coches y motos que tiene a su lado o detrás, hagan diversas maniobras para demostrar que les molesta un vehículo más lento que ellos, en lo que consideran su espacio, sin darse cuenta que ese mismo ciclista le sigue molestando durante todo el trayecto, y que si no luchara por adelantarlo, lo único que no perdería es su paciencia y dinero (por lo del mayor consumo), pero en ningún caso tiempo.

Nadie se ha parado a pensar que cuando un ciclista circula por la acera, no es para fastidiar a los peatones, si no porque no se siente cómodo ni seguro en la calzada, sin darse cuenta de que una bicicleta no es mucho más peligrosa que una persona corriendo.

Nadie se ha parado a pensar que los ciclistas aparcan en bancos, papeleras, semáforos y árboles, no para fastidiar a los peatones que necesitan descansar, los funcionarios (o no) que vacían papeleras, los peatones que pretenden cruzar o a la propia naturaleza, sin darse cuenta que no hay suficientes espacios para aparcar las bicicletas que circulan por Barcelona.

En definitiva, no se han puesto los medios necesarios para que los ciclistas (los no incívicos, que aunque alguien no lo crea, los hay), circulen con comodidad, seguridad y confianza, aparquen sin problemas ni esfuerzo, y de esa forma conseguir que más gente deje de utilizar medios de transporte que causan muertes, daños irreparables, gastos económicos, deterioro del entorno… y se pase a un vehículo (la bicicleta), que aunque alguien no lo quiera ver, molesta menos, genera menos accidentes, hace las ciudades más habitables, silenciosas y sanas…

Si alguien entiende en mis palabras que pido una patente de corso para el ciclista, o que como algunos nos llaman, soy “un delincuente ecológico”, lo siento, pero quien tiene un problema no soy yo. Simplemente abogo por una ciudad más respetuoso y habitable, y pienso que la bicicleta tiene mucho que decir en este campo, y nunca entraré en si tú más, o yo menos, si aquel peor, o yo mejor. Al final de cuentas, los que andamos, pedaleamos, conducimos motos o coches, taxis o autobuses, o incluso trenes o aviones, somos iguales, y tenemos las mismas carencias y problemas, pero también las mismas necesidades.

bicicleta avisada

Por eso os quiero explicar que este sábado, vi dos guardias urbanos colocando un aviso en una bicicleta, atada a un árbol. Inicialmente pensé, “que suerte que no tengan otra cosa que hacer…”, “no creo que el árbol muera antes por tener una bicicleta atada a él, durante un tiempo”, “al menos no antes que a causa de la contaminación de los vehículos que generan CO2”. Pero enseguida recordé que estaba en el Eixample de Barcelona, en la calle Consell de Cent, entre Bruc y Girona, creo que donde hay más densidad de aparcamientos de bicicleta por m2 , de toda la ciudad (a lo mejor exagero), y observé que en la acera de enfrente, a menos de 30 metros, había un aparcamiento totalmente vacío, y otro medio vacío (o medio lleno, por lo de pesimista u optimista).

aparcamiento vacío

Y como me gusta insistir, pues insisto, si la ordenanza existe, hay que cumplirla, y si queremos cambiarla, pues nos esforzamos por cambiarla, y que mejor manera que demostrar que somos capaces de llenar todos los aparcamientos de la ciudad y dejar los árboles tranquilos (aunque personalmente creo que a estos les gustaría más estar en un bosque, aunque un oso les arañase mucho más la corteza que una simple bicicleta).

Aparquemos en los lugares específicos para bicicleta, y llenémoslos, circulemos por la calzada, por el centro del carril, con prudencia y haciéndonos respetar, arranquemos con los semáforos en verde, respetemos a los peatones en su espacio, llevemos luces, y utilicémoslas, llevemos timbre y no lo usemos.... Enseñemos que no solo causamos menos accidentes, muertes, daños sociales, gastos, contaminación, ruido… si no que también somos más cívicos. Demostremos que el problema no es que cada vez hay más bicicletas, si no que todavía hay pocas. Hagamos ver que el malo no es el que circula por el carril bici pintado en la acera, si no el que lo ha pintado.

Que vean que si desde el Ajuntament de Barcelona, nadie se ha parado a pensar, nosotros si lo hacemos, o mejor aún, no lo necesitamos, pues nuestro ritmo de circulación nos permite pensar mientras lo hacemos, al igual que nos permite oír música mientras lo hacemos, aunque ellos no lo crean… o no se hayan parado a pensar.

APARQUEMOS BIEN, SI PODEMOS.



aviso a los mal aparcados

Por cierto, según una ordenanza polémica de Barcelona, de hace no mucho, la llamada Ordenanza Cívica, está prohibido colocar folletos publicitarios en bicicletas, motocicletas, coches, paredes, mobiliario urbano..., estaría bien predicar con el ejemplo, ¿o no?.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Abans de res, felicitar-vos per aquest blog i especialment per afegir una de les meves dites, com a bandera. Per cert Miquel, quan anem a sopar? Et toca pagar a tu.
Oscar Patsi

Anónimo dijo...

Gràcies per l'article. Fa quatre anys que vaig en bici aplicant el sentit comú. I encara que sé que també depenc del sentit comú dels altres, encara disfruto anant-hi. Fa quatre anys que, pedalant, sóc una mica més feliç. (Sense comptar que no contamino, estalvio, em mantinc mínimament en forma, guanyo temps i tinc tema de conversa.)
David